Agua y sal son, en principio, los únicos ingredientes que la naturaleza necesita para formar cristales. Podríamos, incluso, copiar la receta en casa si añadimos una cavidad que sirva de recipiente, por ejemplo, un plato; mucha paciencia para esperar a que el agua se evapore y queden en él los cristales salinos.
Este proceso exige, también, ciertas condiciones de estabilidad y de un nivel de concentración apropiado de la sal. Pero, como decíamos, la naturaleza es la artífice de esta receta y se la sabe a la perfección. Hasta el punto de que es capaz de recubrir cavidades geológicas con diferentes compuestos y convertirlas en brillantes y llamativas geodas.
La geoda de Pulpí, también llamada geoda de Pilar de Jaravía, es una geoda gigante, tapizada por enormes cristales de selenita, una variedad transparente o translúcida de yeso. Está localizada entre el tercer y cuarto nivel de explotación de la Mina Rica, situada en la ladera oriental de la Sierra del Aguilón, en la pedanía de Pilar de Jaravía, término municipal de Pulpí (Almería, España).
Fue descubierta por el Grupo Mineralogista de Madrid en diciembre de 19991?2? y es la segunda geoda más grande del mundo (después de la de Naica) y la más grande de Europa.3? Debido a las condiciones ambientales existentes en Naica, la Geoda de Pulpí es la única en el mundo que puede ser visitada sin equipamiento especial.